sábado, 24 de noviembre de 2012

LAS INCRÉDULAS ELECCIONES REGIONALES.

               Amigos invisibles. Como en Venezuela seguimos viviendo dentro de un edén superior al de Alicia en el país de las maravillas, tal el que acabamos de pasar con las elecciones para Presidente de la República, que sin medir consecuencias astutas ni vislumbrar porvenires al presentar el famoso colegiado Consejo Nacional Electoral en su informe a la nación sobre el resultado electoral de dicho evento y donde para mofa de su equilibrio no hay sino un representante huérfano y anodino de la oposición frente a cuatro del gobierno, nadie, pero nadie, como ciego, sordo  y mudo optó por reflejo consentido y sin dejar alguna fisura abierta capaz de investigar sobre el tejemaneje de las famosas máquinas que pueden ser surtidas a distancia, como también hackeadas, según se hizo evidente, con esa misma perplejidad y para demostrar otro engaño de “democracia” totalitaria” ahora vamos a entrar en una segunda etapa fraccionada de elecciones para gobernadores de Estado y luego de Alcaldías, si ya no les han cambiado el nombre, porque se anochece con una designación y se amanece con otra, sin que nadie se oponga, y ya que en caso negado de lo contrario si se ocurre ante las instancias judiciales, éstas como loro amaestrado le responden con un estribillo en forma negativa o desestimatoria de la acción. Espero que con las dificultades de estos temas espinosos comprendan lo que he dicho.
         Pues bien, si a ver vamos y como se palpa de andar muy lejos de un verdadero sistema democrático, donde la mayoría apabullante y por noventa días demostró en las concentraciones públicas reflejadas por la auscultadora televisión en ciudades millonarias como Caracas, Maracaibo, Barquisimeto, Barcelona, San Félix, San Cristóbal, Mérida, Valencia, Maracay, Maturin, el  mismo Barinas, Valera y tantas otras que aquí pudiéramos recordar, demostró, repito, no cabía la gente o el río humano que usted mismo viera porque esto no es cuento sino realidad fotográfica palpable, y donde el muy educado candidato presidencial Capriles Radonski con su carisma y sencillez ajena de picardía se gana la indecisa masa juvenil votante mediante la euforia de las jóvenes que lo besan y el aplauso seguido de esa juventud donde pululaban desde los desposeídos cansados de la espera gubernamental mentirosa hasta la golpeada clase media y más los representantes de los sectores dinámicos del país, todo esto, concluyo, que lo vieron medios internacionales y desde luego que nacionales presentes en el país para estas elecciones, que hasta las seis de la tarde del día de la votación dieron por ganador seguro al citado Capriles, según se reflejó en el mundo, y para asombro total de quienes ya festejaban el triunfo con datos certeros no pudieron creer cuando el famoso Consejo Supremo Electoral todo risueño, en medio de la trácala orquestada anunció de una manera escueta que el Presidente Chávez había ganado con cerca de 8 millones de votos y que el perdedor era Capriles, con millón y medio menos. Aquello nadie lo pudo digerir, ni los mismos chavistas, ni menos lo creerán las generaciones futuras, porque si bien se sabe  que las elecciones se han convertido en la actualidad y dentro de lo blandengue de su composición penetrada por indignos, en una mera fachada, algo así como las apuestas consentidas en los casinos, o los juegos turbios de caballos, o los campeonatos de boxeo, loterías, juegos de azar y toda esa suerte de componendas delictivas que con máquinas sofisticadas se pueden reprogramar para que la trampa, el fraude, ventajismo sobretodo o como usted le guste comparar, tienda a ser al estilo perfecto, buscando lo que se dice el crimen perfecto, de donde ante el hechizo veleidoso muchos países ahora por el peligro de los vivianes malhechores toman medidas extremas sobre el verdadero ser del candidato y la manera de su elección, que a dos grados tiende a volverse más seguro, tesis comprobada que acepto porque con ello se evita que a estas alturas del siglo XXI un Estado pueda caer en manos del hampa de cuello blanco, de mafias poderosas con harto capital, logias, cenáculos y otras sofisticadas bandas, en poder de un desquiciado inescrupuloso que conduzca al país hacia el abismo, queriéndose atornillar en el sillón presidencial por siempre él y sus familiares dinásticos, mediante maniobras de apariencia legal y técnicas calculadas, o que sencillamente a través de algún plan preconcebido y de amplio espectro se apropie del país algún grupo terrorista, religioso de extremo y hasta narcoterrorista, de ideas trasnochadas y sumamente peligrosas que con la presión del engaño, la mentira goebbeliana, el terror desatado en diversos niveles vitales, la muerte, el miedo paralizante y otros métodos por aplicar neutralicen el país mientras esquilman a sus componentes serviles, y hasta en casos extremos de ambición pueden desatar conflagraciones que tiendan a guerras fronterizas y aún más complicadas, como las cibernéticas, por lo que se debe tener extremo cuidado con lo que afirmo y no con espíritu conservador sino filosófico, para no tener que arrepentirnos en un  mañana o redundar en la catástrofe por la desgracia nacional. Que quede esto muy claro.
            Pues bien, dicho de nuevo y hecho el presente introito de advertencia del que se deben estudiar tantos aspectos sumados a la sabiduría que dan los tiempos vividos en muchos lugares del planeta, bueno es ahora pensar en el escalón que se hiciera para bien dividir bajo el disfraz escogido en cuanto a la elección primero del Presidente de la República, que lo fue desde 1999 y ahora por seis años más para completar con agregados dos décadas de absoluto poder (imitando a Bolívar quien gobierna con fuerza dictatorial el mismo tiempo señalado), donde lo absoluto bien se expresa en cuanto al cargo y el mando presidencial, para de seguidas continuar y “mientras se profundiza el socialismo” comunal como técnica avasallante de poder, para continuar en diciembre con las prédicas robotizadas y engañosas a objeto de apoderarse de lo poco que queda en cuanto a la elección de los gobernadores estatales, cargos en vías de extinción por ser decorativos, y más hasta que a principios del 2013 se vuelva con la misma cantaleta engañosa eleccionaria de apariencia, para elegir algo así como Alcaldes igualmente en vías de extinción, donde se colocarán fichas también robotizadas como aquel ladrido anterior del perro de la Víctor (RCA), que van a ser manejados según órdenes del cronograma de Caracas, por unos tales Consejos Comunales, los que semejando a las Cooperativas anteriores y tantos pequeños (micro) órganos creados para la corrupción en mínimo con trabajos de fachada, no podrán hacer nada porque la administración pública en total sufre de anquilosis paralítica, al estilo y ejemplo de Cuba, como los insulares comités revolucionarios, cuyo objetivo es pasar el tiempo tratando de discutir pequeñeces y como se decía enantes, cuál era el sexo de los  ángeles, mientras el país se cae a pedazos, la deuda estatal avanza considerablemente, existe hiperinflación que ya llega al extremo, se negocia con la segura devaluación de la débil moneda, se sostienen tantos parásitos a nivel internacional por el interés del voto comprado en organismos de esa índole, y el desempleo, la pobreza y la miseria con que a cuenta gotas se remedia tantos males como el caso de Mercal (escasa cesta básica subsidiada), al tanto que en buen estilo decimonónico marxista aplicado en sistemas que desaparecieron por la eclosión interna y la ineficacia, se dan fórmulas irreales de crecimiento imaginario, dentro del inmenso instrumento publicitario gratuito y efectivo que maneja todo un sistema de poder.
            Sobre el reciente aparato desarrollado para triunfar en las elecciones presidenciales que se conocen, éstas fueron amañadas de un ventajismo diferente e inigualable, y cuyo estudio de trácalas daría fuerza para escribir libros cimeros en la historia de este sistema caduco de democracia “popular” que debe desterrarse para siempre porque penetrado por fuerzas del mal y del engaño permanente tales instrumentos no podrán ser usados sin la desconfianza que de por sí demuestran, como es el despliegue de maquinarias electrónicas Smarmatic manejables y repudiadas por los sistemas viables, de donde han sido excluidas de un todo  dada la incredulidad, a pesar de su demostración engañosa, al extremo que sin que quede ninguna duda el sistema manual es inobjetable, repito, el sistema manual, y hay que volver a él, como se demuestra en la mayoría de los países adelantados, tal el caso de Colombia, por la certeza de sus componentes y las pruebas aleatorias que perduran luego del sufragio. Otras circunstancias privan en cuanto a la campaña en sí, con sus trampas y engañifas, como el soborno y la coerción, o el uso indiscriminado del supremo aparato mediático a favor del Estado, para lo cual deben existir leyes penales duras y estrictas porque con  el voto no se  juega, como es el caso reciente del brazo derecho del tan ensalzado expresidente Lula Da Silva, refiriéndome en ello al señor José Dirceu, quien junto a otros comerciantes corruptos fueron condenados a muchos años de prisión, en un país donde rigen las leyes, como se lee en la prensa internacional. Pues bien, sobre estos parámetros y ante la programada elección de Gobernadores de Estado debo decir primero en referencia a dichos funcionarios, que fueron designados a dedo para tal engaño, luego no necesitarían una elección, siendo otra vez la misma cosa, o sea parásitos de Miraflores, que como el loro a que nos referimos siempre repetirán la cantaleta de progreso que es todo lo contrario, para vegetar en un extenso y desleal aparato publicitario e ineficiente, porque a la vista están las pruebas de su enanismo rector. Nada se hace, salvo lo poco que dicta la jefatura de Caracas, y ahora más cuando son migajas, burusas, que llegan a estos organismos, porque la riqueza sin trabajar obtenida a través de la renta petrolera se gasta en ir pagando la inmensa deuda exterior del Estado y a sostener los títeres (gauletiers) mantenidos del extranjero, dentro de ese pequeño imperio complaciente capitalista y neoburgués que ideado a sus anchas maneja el señor Chávez, como son los cuatro gatos del llamado Alba, los paniaguados burócratas de Unasur, los incondicionales sostenidos por el petróleo casi de obsequio pero bajo presión utilitaria, el grupúsculo foro de Sao Paulo, los grupos paralelos a cualquier reunión internacional atinente, y otras escorias chiriperas que de esa manera monetaria se atan a Caracas, cuando ya dicho imperio ideológico y crematístico va en franca decadencia, por el estancamiento de la cháchara y las enfermedades terminales de su caudillo y el que maneja la bandera tras bambalinas desde La Habana.
            Ahora lo que se presenta pues, es la elección de Gobernadores, que si no se cambia el cronograma como ya se había hecho, será para el 16 de diciembre próximo, y donde aparecen personajes desgastados, entre ellos once militares, pero que serán elevados al poder regional para no hacer nada salvo en sus bolsillos y en una etapa transitoria porque se cacarea transferir ese poder chucuto y localista a vocingleros manejados desde Caracas con todas las incapacidades que ello contiene. Volveremos a ver, pues, las mismas caras de cartón, con los mismos lentísimos procedimientos insustanciales y negativos, achacándoles los errores a la oposición, como siempre, creyendo que la gente fuera idiota, y mientras se prepara una nueva contingencia de antes anunciada como es el cambio de poder, por causas físicas sobrevenidas y de la naturaleza, que mientras tanto sostendrán el aparato insulso a que se refiere el manejo o meneo regional lleno de trabas para la oposición y con algunos recursos estíticos para el gobierno en curso porque el interés no es el desarrollo necesario sino llenar la cabeza de los súbditos de naderías esperanzadoras aunque vacuas, mientras el tiempo avanza y se consolida aquello que con pompa y saliva se denomina socialismo, que viene a ser una intoxicación de ideas subjetivas donde priva el espíritu del jefe de la horda, con vías a permanecer en el poder todo el tiempo necesario para estos objetivos traidores, mas por obra de la metástasis conocida todo está presto a cambiar, aunque tanto el pasajero inconcluso en los arreglos previos de estado como los acomodos personales precisen de un corto no medido tiempo para hacer eclosión en esa maraña de absurdos e ilusiones que a todo nivel se vive. Si a ver vamos y volvemos a seguir al gatopardo de Lampedusa  en que se hace todo para nada hacer y en esa barcarola folclórica pensamos continuar hasta cuando los extremos no aguanten más y se despierten, con esos personajes designados a dedo por el Presidente y de que solo falta la ratificación que hará la mañosa y aceitada maquinaria electoral, salvo que se logre reprimir el ventajismo en algunos lugares del país con técnicas preconcebidas, sí puede entonces ser que contra viento y marea el principio básico de la democracia produzca algunos frutos, porque el pueblo ya está cansado del terror y de la imposición, de las trampas de toda suerte usadas porque escuálidos dinosaurios y bien conocidos, unos por vinculación como se dice con el mercado de las drogas, otros por la insuficiencia administrativa, otros por ser sumisos servidores e incapaces  de crear algo como respuesta hacia el progreso, y los más por el tremendo analfabetismo mental en que perduran, o porque la vida personal y de su combo íntimo deja mucho que desear, cuando no por la nefasta corrupción en que nadan y donde las malas lenguas objetan que a las anchas navegan en un lago tenebroso al estilo del ballet de Tchaikovsky, que yo en algunos casos calificados no comparto aunque estén a flor de eso que con acierto llaman “radio bemba”. Sin embargo, repito, en el proceso cortoplacista que se avecina aparecerán cambios o enroques y hasta inesperados, como la muda violenta de candidatos oficiales, mientras otros vividores continuarán atornillándose en el poder regional, por obra y gracia del “que te conté”, o el innombrable, según se acostumbra decir y que ustedes amigos de dentro y fuera del país sabrán interpretar la intención, la palabra que es muda y el sintagma gráfico que escribo.
            Todo esto, si es que seguimos andando por el mismo camino, podrá aplicarse para las elecciones de los alcaldes, que se llevarán a cabo en el primer semestre de 2013, si el tiempo lo permite, y con un panorama un tanto semejante en cuanto a los personajes sumisos y su fondo, donde habrá de continuar las corruptelas monetarias y el temor a perder el cargo público que se ordeña con el “cuánto hay pa’eso”, porque no hay otro camino a escoger con un salario mínimo e igual en potencia, a menos, reitero, que la evolución histórica dé un salto y el panorama hacia el futuro sea distinto. Por manos del ente gubernamental serán las mismas personas, con sus defectos e inoperancia conocidos y porqué no, con  algunos que por excepción lo podrán hacer mejor, mientras que la oposición, como sabemos  una vez que sean elegidos para dichos cargos públicos se verá cohibida y reduciéndosele los ingresos al extremo, como desde hace catorce años se realiza por todo el país, dado que, en líneas generales del generoso presupuesto público solo  revierte un cuarenta por ciento para las faenas del Estado y el resto de la canonjía petrolera nacional, mas los ingresos extraordinarios, como las deudas adquiridas, bonos y otros proventos inmensos y hasta desconocidos, se dirigen a la chita callando desde Miraflores, sin titubeo alguno, para disfrutarse dentro y fuera del país.
            Pero como todo mal tiene su cura, en este sentido, vemos ahora que para mejorar esa triste situación emergen nuevos liderazgos con peso dentro de la oposición, jóvenes y voluntariosos, como Capriles Radonski, María Corina Machado, Leopoldo López, Henri Falcón, Pérez Vivas, Ledesma,  Borges, Ocariz, Rosales, Aveledo, Briceño, Salas Feo, y tantos otros que despuntan en la palestra de los hechos resueltos. Ellos irán a combatir por la democracia en diciembre próximo y las venideras alcaldías, a sabiendas que la lucha es muy difícil (David versus Goliat), con tal clase de combatientes y porque como santo y seña de combate deben tener presente que los deseos no empreñan. En cambio del lado anquilosado de la jefatura del Estado y de la dedocracia aparecerán en la misma lucha “socialista”, término tan mal llevado y traído por el parapeto ideológico en marcha, figuras como Jaua, Istúriz, el “hermanísimo” nepótico Adán Chávez, el “ministro” de las guerrillas colombianas Ramón Rodríguez Chacín, el incapaz repitiente Hugo Cabezas fue defenestrado, y entre otros de este combo y calibre los once militares retirados pero en función electoral Ameliach, Reyes Reyes, el “gallineto” Arias Cárdenas, el comprador de la torre Capriles, Vielma Mora, Carrizález, Mata Figueroa, Castro Soteldo y el hijo pródigo Rangel Gómez, para que Venezuela así se parezca a un cuartel, con diana matinal y todo, como bien lo recuerda Chávez en sus ya bajas, escasas y contrasentidas peroratas bolivarianas. Allí hay para escoger y darse cuenta, venezolanos y extranjeros, de lo que está en juego en estas elecciones decembrinas, porque el tal socialismo se profundiza encima como ya bien lo dijo el señor Presidente. Y que luego no vayan a llorar a El Valle con  lágrimas de cocodrilo (digo de caimán) porque pa’luego es tarde. No me gusta ensayar sobre temas políticos donde se desparraman los conceptos ya que no hay otra salida, pero la necesidad histórica lo apremia. Así de que pónganse las pilas y a bailar escobillao con alpargatas cuando lo que viene es enea entre acomodos y brincos de talanquera. A menos que Dios disponga de otro modo. En próxima oportunidad les enseñaré detalles sobre estos refranes tan venezolanos.
             Y para colofón de tantas adversidades les contaré lo verdadero ocurrido el día en que Capriles fue defenestrado, porque la  historia no se puede olvidar, ya que luego de verse perdido el gobierno como sabemos decide aplicar el plan terrorista obligando a todos los súbditos a votar, como se notaba en el dedo sin tinta y pasando lista establecida por cada sector escogido del país, como alargando igualmente el tiempo de la votación, mientras de pronto comienzan a aparecer tanquetas militares en sectores estratégicos capìtalinos y de otras ciudades populosas, como guardias nacionales que de imparcial nada tenían, e igualmente grupos específicos paramilitares de los guardianes del pueblo, las milicias y otros cuerpos armados con motocicletas de a dos ocupantes y pistolas glock para su uso, con un celular en la mano a la espera de inmediatas instrucciones, cual guardia de choque estilo SS nazi, de donde visto este terrible peligro en que corría la población civil y ante la imposibilidad de chistar a lo expresado por el celebérrimo Consejo Supremo Electoral, a la oposición y ante el temor palpable de desatar una carnicería (la revolución se hace con sangre, decía Lenin), no le quedó otra escogencia que ceder, como lo hace con rapidez Capriles sin pedir ningún reconteo eleccionario y a la espera de lo que dispone Dios porque el hombre se está muriendo, que no quiere decir sea en tiempo por demás cercano, porque hoy con los medios científicos y médicos desde luego, se pueden mantener cadáveres vivientes, como el caso de Fidel Castro y del vegetal israelita genocida general Sharon.
Con este gusto por las cosas sabidas sin saberse y valga el contrasentido, dejo en las manos de ustedes esta crónica tan original de la que se sacan muchas conclusiones dispersas donde acaso se termine encontrando la charada algo críptica, con la coletilla de la moraleja que usted colocará en el punto final.  Ojalá estos conceptos puedan haber servido en algo para desenredar la madeja tan bien urdida, con la experiencia castrista, que sirve de ejemplo para gobernar en tantos países títeres, a fin de que sin tibiezas se puedan escoger los caminos de la esperanza y la oportuna salvación.         
                                    


                  

sábado, 17 de noviembre de 2012

CIPRIANO CASTRO, EL DICTADOR FOLCLÓRICO.



             Amigos invisibles. La verdad es que Venezuela en cuanto a su Historia pertenece a eso que se llama el mundo de lo imprevisto, porque bien estudiada y mejor comprendida se halla uno en cada caso con seres de excepción, sea por las vías de la cordura o por los medios inadecuados del atajo que a veces terminan en escándalos. Sí, a lo largo de los quinientos y pico de años vividos en este maremagnun permanente, los hechos no han sido diáfanos sino enervados con tropiezos de diferentes fases, y lo más capcioso en ese tremedal en que se transita corresponde a la aparición repentina de una serie de personajes que dan grima, desde antaño, como el desaforado Lope de Aguirre, hasta los de hogaño, tal el caso de José Tomás Boves, y más para acercarnos a los tiempos presentes destacan unos figurones de la talla de Ezequiel Zamora, para terminar por esa vía aclaratoria en alguno venido de la montaña lejana del poniente, que con su presencia audaz hará cambiar el escenario de la patria para hacerla más cercana y entendible dentro de ese período taimado y engañoso en que se va a vivir. Me refiero en este caso al llamado general Cipriano Castro, que viene a ser el producto de varias circunstancias consecutivas, como son el desbalance social producido por la Guerra de Independencia, los apetitos personales de muchos, cultivados o no, que se desatan y sin  medir consecuencias a lo largo del siglo XIX, el fenómeno depresivo y económico que sucede por la pobreza del campo y la escasez de la mano de obra, la continua zozobra en que se habita por causa de tantos malhechores aparecidos como consecuencia del hambre o la miseria, y así se pueden distinguir otros fenómenos que infestan ese tiempo decimonónico donde la esperanza era apenas vivir, porque se desconocía el mañana. Desapareció Páez y su entorno, viviéndose una Guerra Federal atroz que nos deja como herencia dolorosa las décadas de poder del guzmancismo, de lo cual emana otro caudillo analfabeto y mestizo, como aparición ya determinante, que es el general Joaquín Crespo, y dentro de ese generalato impuesto por sí mismo que recorre los intersticios del país va decayendo el Siglo XIX con su pesada carga de disparates y sin ningún avance, mientras esos insertados caudillos fungen de rabia frunciendo el ceño porque sus miras permanecen a la distancia. Cipriano Castro viene así a recuperar una parte de la patria con estos hombres y mujeres dejados al abandono del ostracismo occidental, envueltos en sus ruanas y cobijas parameras mientras el  panorama destructor venezolano permanece con desdén, porque ahora juegan de nuevo a la Guerra de los Mil Días, que en sus narices colombianas se sostiene por allá en sitios cercanos y sangrientos como Peralonso y Palonegro, porque a decir verdad su vida espiritual y comercial está mas centrada hacia el antiguo virreinato neogranadino que a su hogar pobre que resta en Venezuela. Ante ese panorama insensato en el escenario político aparece la figura de Cipriano Castro, que en cierta forma hace una revolución interior, que habrá de implosionar una década más tarde, como señalaremos en lo adelante.
            Por lo demás escribir sobre el caricaturesco Castro en un ambiente específico es acaso difícil por las aristas y facetas que contiene el vuelapluma, desde cuando nace en tiempos guerreros un 12 de octubre colombino de 1858 de un matrimonio campesino cerca de la frontera tachirense de Colombia, en Capacho, y de un padre que le da la friolera de 19 hermanos legítimos. Su progenitor, con ciertas posibilidades económicas le envía para estudiar a San Cristóbal, pero pronto al rebelde espiritual lo ingresa en el Seminario de Pamplona, donde sigue haciendo de las suyas, y porque ya no le aguantan en tal sitio lo expulsan por enfrentarse a un sacerdote profesor. El padre del rebelde, lleno de ira con el párvulo decide regresarlo a la hacienda que posee y a poco lo remite de dependiente a un negocio radicado en Cúcuta, y pronto de empleado menor a una  corporación mercantil alemana establecida en San Cristóbal, mas como le gusta la ganadería también trabaja en ese campo rural de los bovinos. Pero aquí se complica su vida atrabiliaria cuando hacia 1876 lapida hasta la muerte a un funcionario electoral que se halla en Capacho. A los veinte años entra en la política nacional  apoyando al general Antonio Guzmán Blanco, luego combate al blandengue general Espíritu Santos Morales, y en Puente Real de La Grita es ascendido a cabo, de donde le queda prendido el remoquete de “Cabito” por toda la vida, dado que era un hombre pequeño. En esta peleadora machista que le cautiva permanece en 1884, cuando es hecho preso en San Cristóbal por haber disparado varias veces contra el cura Juan Ramón Cárdenas, que no logran herirle, y de inmediato intenta escaparse. Luego se fuga de la cárcel y viaja a Cúcuta, donde se enrola en la sangrienta Guerra de los Mil Días que allá tiene presencia. De mentalidad conservadora, para entonces era una suerte de “toero” capaz de todo hacer, de donde fue medio poeta, periodista y con viveza que le sobraba convenció para ir al Congreso Nacional, en Caracas, en cuyo seno destaca por su verborrea, frases descontextuales, su mímica, rústica educación, con uso de latinismos y ridiculeces léxicas que provocaban en el Congreso asombro e hilaridad. En cuanto a su retrato físico era de pelo oscuro y piel áspera, aindiado, barba espesa, triste, ojos negros adormecidos, calvo además, muy inquieto, movía los brazos a los costados, autoritario, impulsivo, inseguro, y lo demás haciendo un balance cáustico de esa personalidad dislocada agréguelo usted para darnos cuenta de quien estamos tratando.
            En sus inquietudes políticas apoya al mandatario presidente bonachón Raimundo Andueza Palacio, y de él aprende el arte del buen comer, del beber igual, y hasta éste le nombra General, por lo que regresa a su natal Táchira al frente de un ejército, que luego es vencido, pero con algún dinero que ello le reporta (60.000 dólares) se asila en Colombia por siete años, en medio del mutismo y la soledad bien alimentada, a la espera de mejores tiempos. Con quien Castro coge la tirria de nuevo es contra el presidente Ignacio Andrade, por haberle este llamado “indio que no cabe en su cuerito”, de donde herido en su estirpe soberbia decide emprender preparativos que al frente de alguna mesnada guerrera lo lleve hasta Caracas, para amarrar su caballo a la entrada del Capitolio Federal, como bien lo expresa. Así compromete en la hazaña que empieza de la nada, a su compadre Juan Vicente Gómez, prestamista de dinero para la nueva Campaña Admirable, émula de la realizada por Bolívar en 1813. El 23 de mayo de 1899 y al frente de apenas 53 hombres mal armados emprende el camino hacia Caracas, y como hábil estratega logra pasar sin dificultad por Cordero, San Cristóbal, Tovar, frente de Carvajal, Barquisimeto, Nirgua y para perplejidad de muchos aparece en Tocuyito, donde se da la batalla final de esta campaña de la revolución Restauradora, con 1.600 muertos y donde los curtidos generales opositores no se entienden en la estrategia de mando, y porque  además al presidente Andrade poco lo respetan.  De inmediato comienza a trajinar la nueva batalla personal de Castro contra todo lo que le plazca combatir, solicitando por ejemplo empréstitos personales para pagar la tropa, y por ello se enemista con el adinerado banquero Manuel Antonio Matos, quien de de inmediato aclara ante los suyos “La pusimos de oro, este hombre es un loco de atar”. Muy pronto Castro hará presos vejándolos a esos capitalistas de Caracas porque se oponen a sus requerimientos abusivos. De otra parte como hombre libidinoso comienza a intimar para hacer un círculo de confianza con Ramón Tello Mendoza (llamado Ministro de Relaciones Sexuales), Torres Cárdenas y el círculo adulador valenciano se le pliega a todas sus insinuaciones caprichosas, como igual ocurre con el moreno neogranadino Benjamín Ruiz, que lo apoya en momentos precarios, y hasta con el gordo maracaibero Efraín Rendiles, dueño de pensión que le ampara en tiempos duros y ahora es su tesorero prestamista. Pronto ante tantos desatinos en Caracas durante el antruejo carnavalesco el corajudo Anselmo López intenta asesinarlo, sin nada de éxito, por lo que este moreno de seguidas se pudre en la cárcel. Mas otro tanto y porque encuentra al país todo endeudado, sin pensarlo dos veces empieza a enemistarse con gobiernos, para no cancelar deudas, de donde los Estados Unidos ponen atención a ese “mono villano” que alborota,  porque el guapetón Castro ya se disputa para entonces con diez países extranjeros que reclaman derechos conculcados.
            A estas alturas biográficas haremos referencia a su desacreditada relación femenina, porque si bien casó con la abnegada Zoila Rosa Martínez, aparente hija del general Juan Mc. Pherson, con quien no tuvo descendencia, por esa vía de la conchupancia mujeriega sí hay tela que cortar, por los enredos finos y complicados en que se mantuviera el infatigable bailarín de valses, jugador de billar y aficionado a las peleas de gallos, en lo que le ayuda un personaje celestinesco llamado “La Verónica”, a través de la bebida y las ninfas vírgenes que solicitaba, por lo que se sabe tuvo 22 concubinas fijas que le dieron familia, a veces respetables, porque se mantenía en escapadas de botiquines y mujeres sueltas, pero a satisfacción escogidas por sus alcahuetes. En este tiempo de trastabilleos rompe relaciones con Francia, de donde el diplomático Olivier de Taigny debe salir en barco de La Guaira con lo que lleva puesto, sin ningún equipaje, lo que en reciprocidad obliga a París romper las relaciones y expulsar de seguidas al Encargado de Negocios Nanbourget, con el detalle que éste era ciudadano francés, lo que deja perplejo a muchos países del mundo. En ese tiempo de desafueros políticos en que la banca sufre los embates de su locura, Castro pronto la coge contra la compañía americana productora de asfalto (New York & Bermúdez Co.) en el oriente de Venezuela, lo que desemboca en el embargo de las aduanas del país, pero como ya el aguante llegaba hasta la coronilla los extranjeros se unen con el perfumado general Manuel Antonio Matos y su grupo para fomentar la llamada Revolución Libertadora, que en capital la sostiene los americanos, el germano Gran Ferrocarril de Venezuela y el afectado Cable Interoceánico Francés, a los que pronto se unirán otros países. En ello Matos reúne a los viejos caudillos restantes de la Federación y se lanza al combate con 18.000 hombres bien armados en esta guerra de monopolios y última habida en Venezuela, por lo que en el fragor de la contienda Castro se devuelve de Barcelona, donde combatía, para viajar a La Victoria, que se torna entonces campo de Batalla porque allí es sitiado durante 22 días sin misericordia, y salvándose apenas por la oportuna intervención de los generales Juan Vicente Gómez y Leopoldo Baptista, en medio de una brutal carnicería que produjo 153 acciones militares y 40.000 bajas entre soldados y oficiales. Y como la guerra en sí no cesaba, por lo deseos de Castro se alistan bajo las armas 100.000 venezolanos, mientras ya las potencias extranjeras andan tras el bloqueo naval de nuestro territorio, por lo que en agosto de 1902 nueve barcos extranjeros se presentan frente a las costas caribeñas venezolanas en defensa de sus intereses y de los nacionales que ellos representan.
            Impulsado por la Inglaterra expansionista el káiser Guillermo II de Alemania, que es pariente cercano de la reina Victoria de Inglaterra, y con el recuerdo colonial alemán en Venezuela de los Welter, organiza el combate marítimo a suceder en nuestro mar territorial para el que Inglaterra aporta 8 barcos de guerra, con los deseos de apoderarse de las bocas del importante río Orinoco y las minas de oro y diamantes que este cauce fluvial atrás resguarda. Alemania utiliza 11 naves modernas, que dirige el contralmirante Scheder, con el deseo de establecer dos bases militares en Margarita, e Italia aporta 5 naves de guerra para defender a los miles de italianos residentes, bajo el comando del curtido capitán Orsini. Por su parte, con el poder de fuego que representan  325 cañones de sus naves el diplomático tudesco Von Pilgrim entrega a Castro un  ultimatun  el 9 de diciembre de 1902, y éste al ser rechazado en sus condiciones la flota enemiga abre el fuego requerido bajo la conducción del almirante inglés Douglas, y con el apoyo logístico de bases navales en Curazao y Trinidad.  Entonces se combatirá principalmente en La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo y las bocas del Orinoco, en una pelea de burro contra tigre, como se dice en el lenguaje local, porque Venezuela tenía para esa época naves muy pequeñas y casi desguarnecidas. El bloqueo anglo-germano-italiano de 24 naves tiene consecuencias, pues inmediatamente los americanos para no quedarse atrás en este su patio trasero previene a una flotilla de seis naves bajo el mando del almirante Dewey para frenar la extensión del cerco europeo a su favor, por lo que el presidente americano Roosevelt conviene en que el rey inglés retire sus fuerzas para organizar los gringos el fin de la contienda, una vez que Castro y por  la mediación del Embajador americano en Caracas, Bowen,  se compromete a resarcir con creces los gastos ocasionados por la contienda y el pago de los capitales e intereses a los súbditos de esos países en guerra. A raíz del fin de este conflicto el presidente Castro hará un sarao con buen brandy y mujeres de la altenancia social en los salones de la Casa Amarilla, donde debutarán muchos de los andinos que ha traído desde las montañas tachirenses y donde también no faltan los adulantes círculos de la camarilla entre los que se cuentan Torres Cárdenas, Celis, Revenga, Otáñez, Corao y la otra pandilla caraqueña  pegada a los negocios que  lideriza Francisco Linares Alcántara.
            Por entonces la salud del caudillo erotómano empieza a fallar dadas sus incontinentes despliegues sexuales y el uso continuo del brandy francés, de donde le aparecen trastornos renales que le producen constantes deseos de orinar, a más de una perforación diverticular y una fístula intestinal con inflamación permanente, debido a antiguos problemas venéreos, por lo que en febrero de 1907 en la casa presidencial ubicada en el balneario de Macuto el médico doctor Revenga al consumido paciente Castro opera del riñón enfermo, con seis galenos asistentes, pero ante la actitud peligrosa de sus edecanes al sugerir que si muere Castro dichos profesionales correrán con las consecuencias, asustados los cirujanos cierran la herida del general mientras argumentan que lo demás del tratamiento debe hacerse en Alemania, lo que no era verdad. Presa de nervios por sus males que se agravan el Cabito comienza a preparar maletas para viajar a Europa rumbo a Alemania, donde el doctor Israel en Berlín habría de operarle. Así el 24 de noviembre de 1908 aborda el barco francés “Guadaloupe”, que junto a su esposa Doña Zoila y su padre Don Carmelito Castro, por la vía de Carúpano habría de llevarlos a Burdeos, rumbo en este caso al ostracismo porque a partir de entonces hacia él comienzan en cascada las traiciones. Castro llegó a Burdeos el l2 de diciembre, donde en la cena privada se consumen 50 botellas de vino de óptima calidad. El 14 en tren especial parte hacia París y sin parar rumbo a Colonia, ya en Alemania. El 15 llega a Berlín, donde le esperan diez limousinas enviadas por el káiser Guillermo en honor de este huésped, cuyo país es gran exportador de café hacia Hamburgo, hospedándose por un mes en el hotel Esplanade, a todo lujo en una suite de 34 habitaciones. Y esa misma noche cena como Heliogábalo con quince platos a la carta rociados por 18 botellas de vino. El 4 de enero de 1909 el médico judío doctor Israel lo opera de sus dolencias, cuyos honorarios en total cuestan la bicoca de 60.000 marcos alemanes de buena moneda metálica, y allí se entera que el Presidente Encargado Juan Vicente Gómez, mediante un golpe de estado destituyó a Castro al conocer que éste había ordenado al gobernador de Caracas, Pedro María Cárdenas, eliminar de un todo a Gómez, con la expresión enviada de “a la culebra se mata por la cabeza”, por cuyo motivo Gómez reacciona de inmediato en esta forma inapelable.
            Al recuperarse de la operación comienza la errancia permanente del desdichado Castro, que apenas puede sufragar gastos porque a su paso por Hamburgo saquea el dinero existente en ese Consulado venezolano, mas algunos ahorros personales que porta la previsiva Doña Zoila. De Burdeos parte nuevamente en el “Guadaloupe” hacia Martinica, mas como los servicios policiales andaban prevenidos de sus andanzas, en la isla se le rechaza por indeseable, y cuando los ingleses no le permiten seguir a Trinidad se hace el enfermo sin salir de la habitación, por lo que la policía colonial lo saca en pijama y calzoncillos, enrollado en un colchón por el pudor, y así lo llevan en hombros a un vapor en vías de zarpar.  De sus correrías insensatas por el Caribe durante 16 años tendrá buena cuenta el gobierno americano, en unión de los otros gobiernos que lo adversaron, y hasta vuelve a Canarias, Madrid y París, en Amberes se le pierde a la Policía y en Bruselas “visita a cierta dama de módica tarifa”. Vive en Nueva York dos veces y de allí sale al considerarle indeseable. Viaja por Barbados vendiendo un parque de armas, permanece en La Habana y siempre expulsado sale de Puerto España cuando la Scotland Yard pisa sus talones. Por fin en 1919 y para mejor vigilarlo como sujeto peligroso los Estados Unidos permiten su residencia en Puerto Rico, donde vivirá en la mayor pobreza y rodeado más de malos recuerdos, en compañía apenas y en la oscura intimidad con una hija ilegítima, y en Ponce muere de 66 años el 5 de diciembre de 1924. Del capital privado que acumulara en Venezuela, principalmente en tierras, primero se le expropia y luego pasará a manos de su compadre general Gómez. Vivió exiliado en ocho países y diferentes épocas en medio de una mayor turbulencia que le acompañara desde los años de la mocedad. Como ya he dicho en el poder anduvo rodeado de una corte de vividores que lo explotaban a su manera y conociendo bien sus debilidades como fueron la parranda y las mujeres. En el fondo era desconfiando, aunque bien le ganara la partida su compadre Gómez. Fuera de los aduladores de oficio que lo ensalzan hacia el éxtasis, tuvo además enemigos de valía sobre todo en el campo intelectual,  como el doctor Pedro María Morantes (Pio Gil), quien lo ridiculiza agregando que era lascivo como un mono, desvergonzado libidinoso, bufo y soberbio, edotista y ególatra, etc., etc. El conocido pensador Vargas Vila lo describe acremente diciendo que en el lecho concubinario del placer hizo de la libertad otra concubina, que gobernó como en el fondo de una cripta, arruinado por los excesos, minado por los vicios. Acaso su sola tristeza fue no haber hallado la república virgen, para violarla. Soldado de fortuna, en la república hizo una orgía de mujeres y militares sinverguenzas. Así vivió en esa tragicomedia de opereta.
            Castro se creyó siempre un iluminado, con ideas locas cuyos cimientos colocaba en Bolívar, como fue el pleito con Colombia que llega a una miniguerra  fronteriza en que los andinos de esta parte salen perdidosos en Carazúa. Luego pretende restituir la Gran Colombia, agregándole esta vez a Nicaragua, lo que termina en un sueño fracasado y mientras sigue peleando contra todo, como en un drama shakesperiano. Así la cogió con los estudiantes, por lo que ordena cerrar varias universidades, porque entre otros disparates dichos, había muchos médicos y abogados. Con Castro se cambió el sentido de la Historia en Venezuela, porque viene a ser el sepulturero de los que antecede hasta el tiempo de Bolívar, y por su peligro de arrebatado y peligroso los Estados Unidos se empeñan en acabarlo y en ello tuvieron completo éxito. Quien aspire conocer más detalles sobre este estrafalario caudillo  rimbombante puede leer mi libro “Los Presidentes”, en su volumen III, págs. 9 a 49, del Fondo Editorial Venezolano (Caracas, Industria Gráfica Integral, 1995), donde hallará páginas para sonreír.

domingo, 11 de noviembre de 2012

CUANDO VENEZUELA ERA DE LOS ALEMANES.



                 Amigos invisibles.  No estoy cayendo en algún error irremediable al escribir esta crónica histórica con pelos y señales sobre una época en que Venezuela pasó a ser como propiedad de los alemanes, durante dieciocho largos años de existencia (1528-1546), porque a decir verdad ello se debió a la penuria fiscal y dineraria que sufría el pleitista rey Carlos V, cuando le debía a muchas corporaciones y personas sin poderles pagar, ello debido a que como era dueño y señor de media Europa se endeuda a fin de mantener tropas en todos esos territorios con el consiguiente gasto pecuniario, de aquí que para aligerar tal situación y en espera de mejores tiempos cayó en las trampas de los débitos que avanzaban en capital y consiguientes retribuciones, encontrándose así no solo con las casas florentinas especializadas en tales préstamos onerosos sino que en Alemania y sus diversos reinos o principados existían familias de ancestro firmes en tales negocios usurarios y hasta ennoblecidas para acallar su gestión de cobro, como los famosos Fugger, esparcidos por Europa en estos menesteres bancarios, y también los de la competencia en esas artes dinerarias, que eran los reputados Welser, sociedad fundada por Antón Welser en Augsburgo, ciudad alemana sureña y cercana espiritualmente de Austria donde suceden episodios luteranos de importancia. Para este tiempo los poderosos Welser, familia formada por cuatro hermanos, mantienen minas de plata en Europa central, los delicados textiles de Flandes, la producción exitosa de la lana inglesa y el pujante comercio con los exóticos productos traídos del Oriente asiático, mientras extienden los negocios comerciales hacia los dinámicos Amberes, Venecia, Portugal y España. Pero será en especial el banquero Bartolomé Welser, quien desde Augsburgo juega a la lotería bien pensada apoyando con préstamos redimibles y mediante “dádivas” que hoy llaman compra de votos, lo que en definitiva abrió el camino para la coronación imperial de Carlos Iº, en 1519. Y cuando ya cesa todo este ajetreo político y económico dirigido a tal encumbramiento, el propio Carlos V, de quien hablamos, recibe otros avances para consolidar su poder, que se hacen moratorios, por lo que el avispado Bartolomé Welser comienza a solicitar la devolución de tales préstamos a este nuevo rey y emperador español, de donde viéndose ya acogotado en tal exigencia, para cancelar la deuda Su Majestad ofrece a Bartolomé extinguir dicha obligación mediante la entrega de un enorme territorio en Indias, para en el fondo hacer y deshacer a su gusto y que se encuentra situado al este de Santa Marta, en Colombia, luego pasando por el Cabo San Román falconiano y  prosigue rumbo al oriente de Venezuela hasta Maracapana, que por aquellos tiempos terminaba en terrenos de Barcelona, para seguir con la Nueva Andalucía.  Una vez aceptada por las partes tal transacción bienhechora, como es menester se procede a redactar unas capitulaciones contentivas de detalles contractuales que se firman en marzo de 1528 dejando así de inmediato en posesión de los alemanes eso que ya empíricamente se llamaba Provincia de Venezuela, pues a decir verdad faltaba mucho por determinar sus límites sobretodo en referencia hacia el sur, que vagamente  podrían relacionarse con esa apetitosa región llamada El Dorado, mito histórico que de una manera oscura y por tradiciones indígenas se situaba al sur del Orinoco (Uyupari) y rumbo a ese otro gran río a descubrir después, que fue el Amazonas.
            Las tales capitulaciones de que hablamos incluían fundar dos poblados y tres fortalezas, como traer a cincuenta expertos mineros de Galizia en Silesia (Polonia y hacia Hungría) para la extracción de minerales como plata y oro, con una ganancia al 4 por ciento sobre frutos de la tierra, liberándoles de otros impuestos, todo lo que en realidad quedó en el tintero, porque desde la llegada de los tudescos a Venezuela hicieron lo que les pareció en gana, sin escatimar esfuerzos ni prevenciones porque se consideraron como dueños y señores de este territorio, donde pronto se producirían situaciones de espanto, todo a través de los agentes y administradores de los Welser, en este caso de los tenebrosos Enrique de Alfinger y de Jerónimo Sayler. Para mejor especificar ese período sangriento de la historia venezolana diremos que seis gobernadores alemanes ejercieron su mando en Venezuela, quienes fueron sucesivamente Ambrosio Alfinger, Nicolás Federmann, Juan Alemán (por cierto el menos conflictivo de cuyo presunto gobierno se ha estudiado poco), Jorge de Spira, Enrique Remboldt, y Felipe de Hutten, suficientes como para formar un cuadro de problemas y desastres a montón, siempre dominados por el enriquecimiento inaudito, que en unos como en otros los fueron llevando a situaciones de locura. Aquí de forma continua y para la ilustración de ustedes iremos haciendo una especie de esquema sicológico de cada uno, salvo el del desconocido Alemán, cual suerte de retrato de Dorian Gray a la americana, con los tremendos efectos de conciencia que pintan de una manera real ese estado que se viviera dentro de aquel mundo mágico, fantasioso, iluso y hasta sicótico de los personajes y sus vidas. Para demostrarlo comenzaremos las secuencias de una manera cronológica.
            24 de febrero de 1529. En cuatro barcos de la época y 700 hombres envueltos en jubones de seda, con airosas plumas, calzas de paño y penachos airosos y circenses por cuenta de los Welser llega a Coro el primer contingente de rubios alemanes  bajo el mando de AMBROSIO ALFINGER (o Heinger), quien toma por la fuerza el poder, en manos de Juan de Ampíes, y llamado luego “el cruel de los crueles”, quien gobierna malamente desde 1535 hasta 1538, y después como desaforado se da a recorrer el país, por Maracaibo, en busca del ansiado mineral áureo. “Apoderado de su alma un furor insensato que degeneraba en frenesí, señaló por todas partes su pasaje con el robo, el homicidio y el incendio. Debía morir quien no podía ser esclavo, debía quemarse la casa que le había servido; detrás de él nada debía quedar ni con vida ni en pie”. Con rapidez Alfinger  convierte a Coro en un mercado de carne humana, erige patíbulos, encarece los precios, extorsiona a los españoles, oculta el dinero al fisco, y corta la cabeza para quitarlos de la collera a los indios que mantenidos con una cadena al cuello debían viajar hacia el cautiverio, cuestión a realizar cuando se cansaban en esta dura travesía. Acompañado iba del cruel Francisco del Castillo, que por esa cuenta del Jefe ejecutaba horcas, azotes y afrentas, y quien fue preso por la indios pacabuyes, para ser decapitado a macanazos, cortándole luego la cabeza. En esas andanzas como acompañante de Federmann y luego de Hutten, entra en territorio chibcha colombiano hasta Bogotá, pero al final regresa a Coro con las manos vacías. Luego una segunda expedición más amplia mandaba Alfinger cuando en 1532 los indios de Chinácota (Santander, Colombia) mediante una emboscada logran flechar a este gobernador alemán, y quien mal herido y sobretodo en la garganta agoniza de manera dramática durante cuatro días interminables. Llevaba entonces 60.000 pesos en oro que entierran sus soldados (otra gruesa remesa de oro Alfinger había enviado a Coro, bajo custodia de soldados, en enero del mismo año), mientras los sobrevivientes hambrientos hacen antropofagia con indios detenidos e incluso comen perros para poder sobrevivir, al extremo que al paso por Maracaibo de la tropa era tal el hambre de Francisco Martín que al sacrificarse un indio para comer (y beber sangre) su desesperación le lleva a recuperar el miembro viril del muerto levantando del suelo tal pedazo rijoso de carne y se lo comió crudo en medio del mayor alborozo.
Entretanto Bartolomé Sayler (o Santillana) tudesco encargado de la gobernación de Coro, es violento, asesino, atrabiliario, cruel y libidinoso, azota, encarcela y roba indias para refocilarse, dentro del desmadre en que viviera, antes de ser enviado en 1533 a un calabozo para su juicio y asegurado con grillos y cadenas. A fin de sacar de sus casillas anormales a este Bartolomé fue necesario que en noviembre se insurreccionara Coro para aventar del poder a “los borrachones Welser”, lo que también origina el envío a dicha ciudad de un primer obispo de Venezuela, el embraguetado Rodrigo de Bastidas, para luchar contra el posible luteranismo alemán que se veía venir.
Por su parte el gobernador alemán NICOLÁS FEDERMANN, nacido hacia 1505, natural de Suavia (Ulm),  de 29 años, grande, robusto, pelirrojo y de rostro blanco, culto, con ascendiente natural, osado y  hábil, aunque sin escrúpulos y codicioso. Hombre de confianza de los Welser, es enviado por ellos a Santo Domingo, para inspeccionar sobre sus bienes. Como lugarteniente de Alfinger incursiona por Barquisimeto, donde recauda sin extorsión tres mil pesos de oro, o sea cinco mil florines del Rin. En esta visita indígena se enfrenta a los belicosos jirajaras, con los coyones retiene 600 esclavos, a los guaiqueríes por “malos, orgullosos e insolentes” masacra quinientos naturales, entre ellos el altanero cacique, sigue hasta Cojedes donde se enfrenta a los feroces cuibas, y luego de la orgía de sangre en que despedaza en trozos a dos indios sin explicar porqué, regresa a Coro llevando filas de esclavos sometidos a cadenas y con el peligro de cortárseles la cabeza si demostraban cansancio. En 1530  expediciona sobre el Orinoco, y regresa a Ausburgo donde escribe un libro sobre correrías. En otro viaje que realiza al Apure y el Meta casi muere de hambre pues come raíces para subsistir, mientras otros por ello pierden la vista y enloquecen oyendo “bramidos de bestia de muchas cabezas”, enfrentado a tigres, tribus indígenas, y una epidemia de difteria que llaman esquinencias. Bajo el apoyo de los Welser luego de entregar la gobernación venezolana a Jorge Spira, en 1534, viaja por Venezuela y Colombia (1535-1539), y en 1538 dentro del gran recorrido llegará a Bogotá (Colombia), para disputarse el descubrimiento y el poder indígena chibcha con Gonzalo Jiménez de Quesada y Sebastián de Benalcázar. Por cierto que en aquel lugar y dentro de los arreglos logrados, el 29 de abril de dicho año  el teutón Federmann obtiene de Jiménez de Quesada “un segundo arreglo secreto” que los historiadores silencian, por el que se reconoce  a su favor parte del botín en oro y esmeraldas (piedras preciosas), y como hecho importante a señalar se “le cedía el dominio del cacique de Tunja” poderoso señor, cuyo dominio se extendiera hasta los límites serranos con Venezuela, derechos documentales que Federmann traspasará a su vez, antes de su muerte, a los propios Welser. Federmann muere en febrero de 1542, en Valladolid, secuestrados sus bienes y liberado de prisión con fianza de cárcel segura, sin reconocerle España ningún título que esgrime por causa de lo descubierto, en lo que con terquedad entonces se empeñaba.
6 de febrero de 1534. Llega a Coro con 200 isleños canarios “bastos y groseros”, y de otras naciones europeas, el teutón JORGE HOHERMUTH von SPEYER, nacido en 1500, natural de Spira (Baviera), como Gobernador Welser, a quien se llama “el demente”, y termina en verdad como loco furioso, por la pasión del oro que le desborda. Tiraniza en la usura con los precios comerciales excesivos. También esclaviza  y encadena con argollas a los díscolos indios jirajaras, empala, marca con hierro y vende a los indígenas, viola, roba e incendia en todas las expediciones que realiza, es despótico y cruel con sus soldados. Como Gobernador el llamado Jorge Spira va a los llanos, hacia donde los indios de Baraure, en que dichos naturales se alimentan con un soldado de apellido Orejón, por lo que Spira despliega una criminal razzia de muerte entre esa tribu. Prosigue en la ruta hacia las estribaciones andinas y se adentra rumbo al Apure, Casanare, Meta y Guaviare, donde un tigre le devora un soldado a la vista tensa de sus compañeros. Prosigue entre tribus caníbales, tranquilos entonces ante el miedo que le tenían a los caballos hispanos, penetra en terreno de indios choques, pero famélicos, con el hambre siempre encima en que también se vuelven caníbales, y enfermos andan echando lombrices a través de la boca, por la vía de Apure, en que rodeados de agua solo comían jobos para poder subsistir, y Barquisimeto, donde empala a muchos naturales, para luego de tres años de correría regresar a Coro en mayo de 1538, con apenas 90 hombres desnudos, en miserable estado, de los 400 que partieron con él, tras cinco años de peregrinaciones en busca del ansiado El Dorado”, donde la gente se bañaba en oro. Vivía casi en el delirio este gobernador, pensando siempre en el aventurero lago Parima y su fúlgido El Dorado, hasta que el 27 de junio de 1540, cubierto de fiebres tercianas y otras enfermedades continuas expira en Coro,
Viene a gobernar de seguidas ENRIQUE REMBOLDT, factor encargado de los negocios Welser en Santo Domingo, quien nombrado Alcalde mayor de Coro pronto sed le asciende a Gobernador y Capitán General, en 1542, y luego de un desafortunado gobierno, como es el derroche de la hacienda pública de los Belzares, en 1544 abandona el gobierno de la provincia de Venezuela por “los excesos que cometió y los clamores de los vecinos de Coro”. Impresionable en su forma de ser, a poco muere loco este alemán, “presa de gran melancolía y en medio de la mayor tristeza,  cuando ya se encuentra al frente de la gobernación alemana otra suerte de caballero teutón, que le sucede en el cargo. Se trata de FELIPE DE HUTTEN, hijo de Benhar von Hutten, burgomaestre de Köningshoffer, y cuyo hermano Mauricio llega a ser obispo de Würzburg. Procedente de rancia nobleza de Franconia, a quien se conoce como Felipe de Hutten von Ebersburg, nació en Ulm el 18 de diciembre de 1515 y muere asesinado por Juan de Carvajal. Cultivado y ambicioso, bebedor de buen vino, fino de carácter, paje de la para entonces importante corte belga, nació en Birkenfeld, Alemania, siendo hermano segundón o fuera de la primogenitura. Aventurero desde muy joven y a sabiendas del gobierno de los Welser en Venezuela entra en trato con ellos y pronto se le destina como Gobernador de esa provincia, donde llega por Coro y de inmediato con la juventud que porta y los intereses que crea comete el más escandaloso pillaje en pérdida de los indios existentes, sosteniendo contra ellos la conocida famosa “batalla de los omeguas”, indígenas a quienes con 39 españoles bien pertrechados mediante  armas y caballos derrota un ejército que “les pareció de quince mil hombres”, según rezan los escritos referentes de la época. En este viaje expedicionario debieron comer “gusanos, hierbas, raíces….  aún devorando carne humana contra la naturaleza”, en especial indígena. Hutten o Utre fue a los llanos acompañado del joven Bartolomé Belzar (o Welser), aventurero y de confianza como él, de la misma familia de los banqueros alemanes, pues era hijo de Bartolomé Welser, el Viejo, y hermano de Filipina Welser (casada con el archiduque Fernando de Habsburgo,  sobrino éste del emperador Carlos V) en cuya travesía anda hasta el río Guaviare en busca de El Dorado, al tanto que los caballos flacos los sangraban para beber su sangre, comiendo además perros y otras sabandijas malas. Mientras los indios eran caníbales con los expedicionarios, los españoles principalmente comían bollos de maíz añadidos con pelotones de hormigas “para darles mayor sustancia”, hambruna que los hincha, les tumbó el pelo y a los más desdichados los cubre de úlceras. Luego Hutten fue herido por un omegua de cierto lanzazo debajo de la axila, de modo que para salvarlo se “le abrió el pecho, echó agua de arrayán y moviéndolo de un lado a otro como suelen lavar las odres lo hizo expulsar la sangre coagulada”, y aunque parezca mentira Hutten salvó la vida. De vuelta de tal empeño expedicionario De Hutten regresa a Coro por vía de la recién erigida El Tocuyo, donde encuentra que dicha ciudad fue fundada por el interino Juan de Carvajal sin el permiso correspondiente, lo que da origen a una fuerte disputa que para algunos termina entre los puños. De allí prosigue el alemán rumbo a la capital coriana  para dirimir estos problemas, pero el fanático asesino Carvajal de manera sigilosa va tras los pasos de Hutten y pronto mediante engaño detiene por sorpresa al gobernador alemán y sus acompañantes, mas luego de las disputas consiguientes y por esas rencillas personales que le invaden, sin dar tiempo al sosiego de su espíritu primero le arrebata el muy suficiente oro que transporta, y alejado de todo miramiento de alcurnia y calidad, porque en la época se estilaba,  ordena al negro  verdugo que le corte la cabeza de un machetazo certero (“lo que le vaticinara el diabólico doctor Fausto seis años antes”), como hace igual con tres acompañantes, entre ellos el abnegado amigo Bartolomé Welser, último de esta estirpe en Venezuela, hecho insólito ocurrido el 17 de abril de 1546, con lo que sella además su muerte por ser de la familia Welser. Con la desaparición del noble Felipe de Hutten y ante los sucesivos desmanes ocurridos durante ese largo gobierno alemán el rey Carlos decide rescindir los derechos y privilegios entregados a favor de los Welser en Venezuela, de donde a partir de entonces nombrará por su cuenta las autoridades correspondientes a Venezuela, lo que se hacía temporal y en forma secundaria para llenar las vacancias de los cargos en ausencia de los referidos Welser. Así, después de 18 años de ser feudo alemán y debido a su gobierno de  iniquidades e incumplimientos se rescinde el contrato de arrendamiento (y más) que mantenía la corona española con los para unos odiados Belzares, sobre la provincia de Venezuela. Pero la raza teutona no se extinguió, como se puede palpar visualmente en muchos lugares, por ejemplo de Quíbor y de Coro, donde los alemanes mandaron hasta en los genomas humanos que aún permanecen rubios, con todo gusto y sensatez.   

sábado, 3 de noviembre de 2012

EL SINGULAR BASTARDO DIEGO GARCÍA DE PAREDES.

        Amigos invisibles. No he querido bajo ninguna forma denigrar de este admirado capitán extremeño, sino al contrario situarlo en un justo título suficiente e interesante como para comenzar esta crónica. Lo primero que debemos advertir y ya situándonos en el siglo XVI en que viviera, es que España como salida de un mundo casi feudal permanecía en un entorno lleno de contradicciones no lo suficientemente entendible desde la óptica de nuestro tiempo, pero si lo bastante complejo como para castigar almas queriendo decir cuerpos, en el sentido de las exigencias sociales, como obra de una repartición estratificada de los súbditos, aún en viejas pendencias, desde cuando los moros arábigos pero mezclados con los norafricanos magrebíes entraron para permanecer en su territorio por muchos siglos que algunos dicen de bienestar y otros de suplicio. En esa refriega permanente se fue moldeando este país de diversas nacionalidades y pensares, dentro de aquel cúmulo de desigualdades y tropiezos que caracterizaron a la Europa de aquellos tiempos guerreros.
        Pues bien lo primero a tratar sobre el molde que enmarca el nacimiento de nuestro personaje, a quien le tengo aprecio secular porque inicialmente fundó la ciudad Trujillo de Venezuela, que me vio nacer y de quien guardo tantas leyendas alusivas que rodearon a ratos parte nutriente de mi infancia, con este razonar sencillo quiero referirme a la estricta división de la sociedad de aquella época, primero porque España había entrado en una decadencia económica acaso dramática, ya que al acorralar expulsando a los moros y a los judíos como supuestos enemigos del nuevo orden establecido por los poderosos castellanos que tras bambalinas dominan la escena decadente, el comercio agrícola y ganadero de los expatriados moros y de los moriscos subsiguientes, como el movimiento económico de los judíos “conversos” que siguen en esa limpieza social, marcan aún más la decadencia de que hablamos, de donde salvo los grandes señores y la Iglesia todopoderosa, como de algunas familias de solera favorecidas, los demás penetran en la pobreza que se extiende por toda España como las contiendas cotidianas, porque debemos traer a colación que la guerra es también un gran negocio. Si no que lo recuerde el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros. De esas resultas aparece el estrato social más bajo ayuno de toda ayuda, por lo que en la estampìda algunos desposeídos se refugian en los conventos y otros prefieren el ejercicio de la guerra crucial, que como negocio positivo puede sacar adelante a ciertos soldados que reúnen méritos por su bravura y valentía en el sempiterno oficio de las armas. Pero el llamado Descubrimiento de América y el combate que se prosigue en diversos puntos de Europa donde España tiene razón de ser o poderío, destapa la olla del deseo, de la riqueza y de otras fantasías que se cuelan por dicho país en dificultad permanente, de donde grandes capitanes en los llamados tercios luchan bajo ese combate de excelencias, como Gonzalo Fernández de Córdoba o Diego García de Paredes, a quien se cita con honor como “El Sansón de Extremadura”, que por cierto es el padre biológico del personaje que estamos tratando.
        El problema que se plantea en ese origen difícil con respecto a nuestro Diego García de Paredes, hijo, se centra doloroso de un principio, porque su nacimiento viene a ser bastardo o fuera de matrimonio, tan mal visto aunque tolerado con dispensas en cierta forma por la Iglesia, pues como secreto a voces se sabe que su padre el gigantón Don Diego, algo así como un personaje de novela renacentista, de sus hazañas en Italia viene a la tierra extremeña en plan de ligero descanso, y en ese corto tiempo como el diablo tienta y la carne manda, en un pequeño desliz engolosina de pasión y corto romance escondido a una vecina distinguida de Trujillo, de quien todos conocen su nombre pero que por respeto nadie menciona y que en verdad es la linajuda doña María (Mencía) de Vargas, dama de solera y hasta de tronío como cantan los vecinos andaluces, de donde a escondidas como debió ser para guardar respetos en la profundidad taimada de Trujillo y con cero información al respecto el año mortuorio de Colón, o sea en 1506 nace un hijo varón, a quien se bautiza en íntimo secreto, para evitar conversaciones y hasta el murmurio dañino, a quien para mejores señas en cierto grado identificatorias sin entrar en detalles se le calza el nombre de Diego García de Paredes. Don Diego entre tanto como es de suponer regresa a Italia para continuar la batalla emprendida en la defensa de los intereses en principio imperiales, mientras que para dejar mención histórica aunque sea en forma literaria sobre tal acontecimiento en que se enreda hasta el amor, un descomunal bardo de la época, un fénix de los ingenios como es don Lope de Vega Carpio, se atreve a dejar constancia de aquel enlace furtivo entre otro corajudo Don Juan y la tierna Doña Inés. Mientras va creciendo con el mayor sigilo como es de suponer, pronto en la sufrida región extremeña comienza a hablarse de las maravillas áureas descubiertas en América de donde los apetitos de riqueza en este sentido se desbordan, con la meta precisa de viajar a la capital europea con la intención de que el bueno rey Midas lo favorezca en la idea de hacerse rico y en poco tiempo. Por ese camino hacia Sevilla, ahora cargada de barcos temporales que zarpan sin cesar, ya aparecen en esas tierras milagrosas los grandes soldados extremeños que son Hernán Cortés y Francisco Pizarro, mientras que pronto le van a seguir otra legión de jóvenes para continuar en el empeño, con los que España va hacia la formación de su imperio americano. Al joven Diego, reconocido por su padre, en el recuerdo bastardo de Don Juan de Austria lo crían con cierto esmero y calidad cerca de Trujillo, donde dentro de la familia se le instruye en muchas artes, incluida la literatura, astronomía, las armas y la historia. Es apenas cuando en 1516, siendo zagal de viveza, que viene a conocer su padre, cuando se establece cerca de Trujillo y al regreso de Italia. Ya es un momento fundamental para la vida del menor, por los conocimientos y el amor que le pone su progenitor cuando se acerca a la tranquilidad y sabiduría de los cincuenta años. Para entonces nuestro Diego García ha heredado la agilidad y fortaleza de tal padre, cuestión de suma importancia para el desarrollo de su vida. Poco tiempo después el maduro Don Diego, que entre otras distinciones alcanzará ser marqués de Colonetta y a quien Cervantes en Don Quijote hace un elogio de altura, sirviendo en la guardia personal del Papa Borgia Alejandro VI, que antes lo había hecho para los Reyes Católicos y siendo caballero noble de la Espuela Dorada (de oro), que ya es mucho decir,
 resuelve trasladarse de nuevo rumbo a Italia, quedando el hijo ya algo crecido en la disyuntiva de escoger la carrera eclesiástica, que no correspondía a sus briosas actuaciones, o iniciarse en el mundo militar, que tan buenos frutos podría producirle, como el conocimiento de los mundos Nuevo y Viejo, teniendo como ejemplo a seguir la exitosa actuación de tantos extremeños osados que ahora hacían su vida y fortunas en   América, como Hernán Cortés, el porquero vecino Francisco Pizarro, y al que conoció niño, Francisco de Orellana, descubridor y viajero del inmenso río Amazonas, inmortales los tres, que llegaron a la más alta fama militar.
        El año 1521 es cuando ve por última vez a su padre, por lo que con esta ausencia, que durará por siempre, decide emularlo en cuanto él ha representado para su patria la dignidad en el escenario europeo, de donde con los ejemplos de sus antecesores como Cortés y Pizarro emprende el viaje definitivo hacia Sevilla, en pos de la suerte y del honor, que no tiene en este caso cortapisas. Analizando así su porvenir se detiene algún tiempo en ese puerto mágico sevillano, mientras sopesa si continúa en los pasos europeos de su padre o se lanza en la carrera de América, porque Sevilla anda llena de valerosos extremeños, que es lo que en definitiva le hace sacar pasaje a Indias, cuando anda acercándose a los dieciocho años de vivencias, y así pronto le vemos recorriendo a la insular Santo Domingo, la primogénita capital americana, en el alba de 1524. Pronto como sabemos y en el inicio de la singladura viaja a Centroamérica, en tierras del fiero cacique nicaragüense Nicarao, donde se estrena como militar mientras arrecia una lucha frontal por el poder hispano entre varios conquistadores por querellas y dominios territoriales es decir desde Honduras y hasta Panamá, que llega por desgracia al manejo sangriento de las armas, en que vence el desgobierno de Pedrarias Dávila, de donde nuestro Diego García de Paredes a sabiendas que su pariente Francisco Pizarro andaba en busca de valientes soldados, para ir a la conquista del Pacífico y rumbo al Perú, en unión del explorador andaluz y conocido personaje Hernando de Soto aceptan la llamada de Pizarro, por lo que en 1531 se halla en Panamá para luego seguir hacia el Sur, en busca de la gloria y de Pizarro. A las órdenes de este extremeño su pariente y amigo dura varios años a lo largo de esta costa pacífica americana donde reinaba el enorme imperio inca, extendido desde Pasto en Colombia hasta el centro de Chile y más allá como adentrado en las sierras que caen hacia el Amazonas. Allí se hará un soldado de valer, principalmente con sus hazañas entre Ecuador y Bolivia, Tumbes (a quienes siendo traidores al propio Diego García castiga con rigor), Loja, Paita, Chanchan, hasta adentrarse por Chile y la actual Machu Picchu, en el combate difícil contra once millones de súbditos indígenas, y ellos apenas siendo un puñado de hombres valerosos pero montados a caballo y con petos metálicos que infundieran terror a los naturales americanos. Pero donde destaca con holgura nuestro Diego García es cuando luego del episodio de la isla del Gallo con los trece de la fama dan un paso irreversible a favor de seguir a Pizarro como diera lugar, de donde en la jornada en prosecución Diego García junto a 168 soldados y 37 caballos acompañantes en Cajamarca junto a dieciocho compañeros escogidos por el propio Pizarro, siendo García uno de ellos, el 16 de noviembre de 1532 hacen prisionero al último y décimo cuarto inca de nombre Atahualpa, que está cuidado por miles de súbditos allí reunidos pero sin nada hacer frente al terror, de donde a poco la inmensa fortuna en oro propiedad del Inca Atahualpa pasa a poder de Pizarro y de los suyos, mientras por miles mueren en la desbandada los acompañantes de sacrificado indígena Atahualpa.
        Superado el episodio exitoso del Perú y con las alforjas llenas Diego García resuelve regresar a España, y en enero de 1534 ya anda por Sevilla, para seguir viaje rumbo a Aragón, y luego a Barcelona, donde tiene el privilegio de saludar y besando su mano al emperador Carlos Vº, o Iº de España si así lo quiere usted llamar. Pero ante los avatares de la continua guerra y por necesidades apremiantes de dinero los héroes venidos del Perú como García deciden prestar cierto dinero a la corona real, por lo apremiante de sus necesidades. En este tiempo de cuatro años en que con ánimo guerrero visita a Flandes, Francia, Alemania, Italia y Sicilia, según están contestes sus estudiosos biógrafos y mientras se decide el futuro de nuestro distinguido militar conquistador, sin problemas dinerarios viaja a Trujillo, postrándose allí ante la tumba de su padre, ubicada en la Iglesia Santa María la Mayor, donde tuve la oportunidad de asistir al reconocimiento forense de su osario, en 1957. Para ese tiempo Diego García había ascendido a capitán del ejército español, título de relevancia en el mundo de las armas de entonces. Luego de este viaje a Extremadura y por los contactos familiares entra en comunicación con el Adelantado Francisco de Orellana para formar parte de su reiterada expedición al Amazonas en busca de riquezas como El Dorado, con cuatro barcos y 400 hombres, que parten primero de San Lúcar de Barrameda el 11 de mayo de 1544, mas la expedición viaja sin suerte, entre la que va destacado nuestro Diego García, y ya al llegar a las bocas del inmenso Amazonas ha perdido dos navíos y como 200 hombres y luego adentrándose en el mar de agua dulce amazónico siguen las muertes, el hambre y la miseria hasta que un tanto olvidados en 1546 nuestro Diego García ve como fallece su gran amigo Orellana, derrotado por las enfermedades apestosas y el desconcierto. Los pocos que quedaron a duras penas pudieron regresar a la insular Margarita en Nueva Andalucía, poco tiempo después. De este centro perlífero, con la cercana Cubagua, García de Paredes decide viajar al Nuevo Reino de Granada, en que permanece un tiempo, donde se detienen poderes y fuerzas originadas desde Guayaquil, de Venezuela y Cartagena de Indias, mientras García de Paredes analiza tal situación, decidiendo luego trasladarse a Venezuela y como siempre en la aventura de los aún años mozos, en busca de El Dorado. Para los venezolanos esta última etapa del conquistador es más fecunda de conocimientos, deteniéndome en cuanto pueda interesar a los que ignoraban a tan importante capitán.

         En este comienzo del sexto lustro del siglo XVI De Paredes aparece en Coro para luego seguir a El Tocuyo y pronto mediante órdenes superiores se le destina a combatir del alzamiento del negro africano pero nacido en Puerto Rico que se autotitula Miguel Iº, que en 1533 desconoce toda autoridad española alzándose en la minas áureas de Buría y luego coge la montaña con su hueste cautiva. donde funda un efímero reinado que pronto la brillante espada de García de Paredes al mando de treinta soldados destruye enteramente cuando entre los primeros alzados cae muerto el referido Rey. Luego De Paredes se detiene en Barquisimeto con ánimo fundador de la ciudad, lo que acaece en 1552, y a seguido término con tal éxito el cabildo de El Tocuyo lo designa para que vaya a la conquista vecina de los indios cuicas, tan avanzados en esa cultura primitiva, territorio que representa el hoy Estado Trujillo, donde a mediados de 1557 y con setenta infantes que lo acompañan penetra en aquel territorio y funda a Nueva Trujillo, en recuerdo de su natal ciudad, de donde luego parte hacia El Tocuyo para dar cuenta de la hazaña. De seguidas un nuevo enviado a la ciudad la cambia de sitio, que así ocurrirá por siete veces en esta ciudad portátil, de donde regresa de Paredes para repoblar en la segunda vez, pro por estos dimes y diretes alternativos, decide pasar a Mérida de los Caballeros, que es frontera santafereña de Colombia, y estando en ese apuro reiterativo y fundacional allí conoced que el sicópata asesino Lope de Aguirre se encuentra en Margarita, ha salido ha Borburata, Valencia y se dispone venir en son de
guerra a Barquisimeto, de donde ante el peligro el Gobernador Gutierre de la Peña le exige regrese a Venezuela para detener y exterminar a tan tremendo loco, lo que realiza a través de Trujillo para luego reunir a 150 hombres con que enfrentarse a este frenético bandolero, lo que prepara mientras recibe el ascenso militar de Maestre de Campo. El siete de octubre de 1561 con su tropa ya está frente a Barquisimeto, mientras realiza actividades de logística y espera el continuar de los acontecimientos, a sabiendas de la deserción que sufrirán sus compañeros, porque como repito los manejaba un loco. Así las cosas se obtiene información previa por uno de los desertores, Pedro Alonso Galeas, y otros datos de inteligencia recogidos por lo que pronto se entra al ataque, en que reducido a nada el miedoso Aguirre pide clemencia al final, que no le es otorgada, por lo que muere de un trabucazo y luego se le corta la cabeza y las manos, para mayor escarnio. Si usted desea más informarse sobre este asunto puede visitar un blog de mi autoría que aquí publiqué hace poco tiempo.
         Bien, una vez acabado con esta insurrección tenebrosa y junto con los recaudos necesarios De Paredes emprende viaje a España, en solicitud de mercedes o recompensas por el currículo que ostenta, que desde luego no le son negadas, sino al contrario, el Rey Felipe II y por Real Cédula de 28 de julio de 1562 en mérito de sus servicios nombra a Diego García de Paredes Gobernador y Capitán General de la importante Provincia de Popayán, que ahora es Colombia. Pero antes de seguir a tomar riendas del cargo decide bajar a tierra en Borburata para saludar a su gran amigo y compañero en la gesta contra Lope de Aguirre, Luís de Narváez, de quien fuentes cercanas le aseguran está en dicho poblado indígena, y con la buena fe que se presume frente al bajo engaño que le tiende se dirige a la costa donde el jefe toromayma y feroz caribe Guanauguta le tiene una celada, de lo que no sale vivo, pues es acribillado inmisericorde con flechas venenosas. Así murió este personaje de leyenda, cuyo lienzo pictórico obra del reconocido extremeño Antonio Solís Avila, en tamaño heroico fue donado por la Alcaldía del Trujillo extremeño a la ciudad de Trujillo, en los 400 años de la fundación de la ciudad. Y el otro gran obsequio que se hizo al Trujillo en dicha efemérides oportuna correspondió al busto imponente de García de Paredes que donó el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid en igual homenaje, obra del gran escultor reconocido a nivel internacional Juan de Abalos. Pero el odio creciente hacia el origen español que circula en algunas esferas mulatas salidas del carril respectivo, manejó que algunos vándalos de la peor calaña, y execrados en la ciudad trujillana, con la ayuda de la nocturnidad mafiosa a punta de martillo destruyeron este busto de tamaño heroico, para quizás refocilarse en medio de alguna infusión narcótica, o para vender el metal broncíneo como suele suceder, lo mismo que pasó con el soberbio lienzo del referido cacereño Solís Ávila, de quien nadie da cuenta de dicho robo y posible destrucción semejante a la que usaban los nazis en tiempos de preguerra. Sin embargo y esto los vándalos hotentotes no lo pueden acabar, el gobierno español ordenó emitir una estampilla conmemorativa de la fecha, donde aparece de medio cuerpo el famoso capitán y la que estos enfermos mentales no pueden destruir, como también hicieron en Trujillo con los bustos de Sancho Briceño y Cristóbal Colón. En Google imágenes pueden ver la estampilla lograda con su figura serena. Que esto quede bien claro en el mundo de los lectores, para recuerdo histórico de las barbaridades que se viven.